Dentro de la atención temprana, la estimulación musical infantil produce grandes beneficios. Esto ha llevado a plantearse el trabajo de esos estímulos antes incluso del nacimiento, pues el sentido del oído es una de los que primero se desarrolla.
El intercambio de una vivencia sonora entre padres y niño fortalece los vínculos en edades tempranas, y se configuran modos de relación que luego el niño utilizará para establecer nuevas y posteriores relaciones.
La música en un niño es un medio de comunicación, pero más aún es una forma de vínculo con los otros. A través de ritmos y melodías los niños vivencias sensaciones y sentimientos que generan diferentes aprendizajes en continua relación e intercambio con el mundo, las personas y los objetos. Dar lugar a estas manifestaciones musicales-sonoras es dar lugar a que un niño pueda experimentar, explorar y conocer a través de iniciativas propias, nuevas experiencias que favorecen el aprendizaje basado en las emociones. El intercambio de una experiencia sonora entre padre y niño fortalece los vínculos en edades tempranas y se configuran modos de relación que luego el niño utilizará para establecer nuevas y posteriores relaciones.
En síntesis, la música está en todas partes: en un gesto, un movimiento, una voz, una palabra. Es fundante en la experiencia temprana con niños ya que acompaña los procesos de crecimiento y da lugar a infinitas manifestaciones; vinculares y sociales emocionales y de aprendizaje.